top of page
papa cultiva.jpg

ARTURO SAGRETTI

Creador de Papa Cultiva: Acerca de
cannabis.jpg

"ENCONTRÉ UNA LUZ DE ESPERANZA PARA MI HIJO"

Arturo Sagretti, creador de Papá Cultiva, organización que se encarga de compartir, difundir, informar y responder preguntas sobre los beneficios que tiene el cannabis medicinal en la salud, tiene un hijo que sufre de epilepsia refractaria. La enfermedad de su hijo Ian Luca fue lo que lo llevó a recorrer un largo camino en busca de algún medicamento que ayude a Ian a vivir una vida normal. A lo largo de la búsqueda encontró el aceite de cannabis como una solución viable, pero no legal. Debió experimentar con diferentes aceites para poder llegar al indicado, pero en el medio vivió una odisea, donde sufrió mucho viendo a su hijo perder su personalidad debido a esta enfermedad.

¿Cómo empezó la historia de tu hijo con la enfermedad?


A fines del año 2012, mi hijo, Ian Luca Sagretti, sufrió una extraña convulsión mientras dormía. Con mi esposa tratamos de reanimarlo pero perdió el conocimiento, entonces decidimos llamar una ambulancia para que lo trasladen a la clínica del niño de la ciudad de Quilmes, donde estuvo internado en observación durante 48 horas y le dieron el alta. La noche en que volvimos a casa volvió a sufrir otro episodio parecido, entonces tuvimos que volver a llamar a la ambulancia, pero esta vez estuvo internado una semana. Allí nos comunicaron que Ian padece de epilepsia refractaria. Le dieron para tomar diferentes pastillas, al principio eran uno o dos comprimidos de dos medicamentos diferentes.

¿Notaron algún cambio en Ian desde que empezó a tomar los medicamentos?

Los medicamentos no le hacían bien, y para nuestra tristeza y el estado de mi hijo en general, todo comenzó a empeorar paulatina y constantemente. Las crisis comenzaron a aumentar de forma notoria, pasó de tener una crisis nocturna diaria a tener 2 o 3. También comenzaron a llamarnos del colegio, porque tenía convulsiones a diario. Así que el médico probó aumentando las dosis de la medicación, y agregando otros remedios al tratamiento. Mi hijo pasó de tomar 3 comprimidos diarios, a tomar 8 de distintos remedios por día, luego de dos años de enfermedad. Entre las píldoras que tomaba se encontraban divalproato de sodio, clobazam, ketamina, etc, distribuídas en dosis durante el día y  la noche. El tiempo siguió pasando, las cantidades de dosis variaron, y se empezaron a acentuar e intensificar algunos rasgos y secuelas producidas por los efectos secundarios de los medicamentos. Además de no demostrar ninguna mejora, llegando a tener 15 episodios durante las 24 horas del día.

¿Tuvo algún episodio especial?

En una ocasión convulsionó y perdió el conocimiento por completo, al punto tal de no reconocerme ni a mí, ni a su madre, ni a su abuelo. Fue una situación desesperante, ya que no se acordaba absolutamente de nada, hubo que enseñarle el mundo nuevamente. No sabía lo que era en tenedor, ni para qué servía, no se acordaba como me llamaba, ni de las cosas que habíamos hecho juntos a lo largo de toda su vida. Fue un puñal directo al corazón de la familia entera, que a esta altura ya habíamos modificado muchos de nuestros hábitos laborales y sociales por nuestro hijo. Esto provocó que toda la familia pierda ingresos económicos y gaste sumas importantes de dinero en medicamentos.

¿Cuando decidieron empezar a usar el aceite de Cannabis?

Luego de dos años de tratamiento, sin tener una buena respuesta en mi hijo, decidimos cambiar de profesional. Yo durante esos dos años me informé mucho sobre la enfermedad, me contacté con grupos de personas que padecen la misma enfermedad o parecida a la que tiene Ian. Para mi sorpresa, muchos tomaban la misma medicación que mi hijo, y hasta tenían las mismas edades que él. A pesar de que a muchos les ayudaban bastante estos medicamentos, todos coincidían en que los hábitos de los enfermos habían cambiado, que ya no eran los mismos de antes. Un día a mi esposa le comentan un caso de una chica que sufre lo mismo que Ian, y le estaban suministrando aceite de cannabis hace unos meses, y que estaban muy contentos y conformes con los resultados. De inmediato empecé a buscar información sobre el tema, me contacté con personas de todas partes del mundo, que estaban utilizando este tipo de medicina alternativa para sus hijos, luego de no encontrar respuestas positivas en los distintos medicamentos convencionales, y todos coincidian en que el aceite los estaba ayudando y que les había cambiado la vida. A esta altura, lo único que nos importaba era, por cualquier medio y costo, tratar de mejorar, aunque sea un poco, el estado de salud y calidad de vida que estaba llevando Ian. También me contacte con diferentes organizaciones de Argentina y del Mundo, que utilizan cannabis medicinal. Empecé a buscar información sobre esta planta, y encontré que en Canadá hay un hombre, llamado Rick Simpson, que de algún modo es el precursor del aceite de cannabis, leí su historia sobre su enfermedad, su experiencia con el cannabis, y el modo en que extrae de la planta la resina o medicina. En él y otros casos encontré una pequeña luz de esperanza para mi hijo.

¿Cómo accediste al cannabis por primera vez?

Me contacté con gente de Uruguay, donde está permitido cultivar y consumir cannabis en la vía pública. Encontré gente que estaba trabajando con el cannabis medicinal hace años, en diferentes tipos de patologías, y habían realizado muchos estudios y estadísticas de distintos tipos de consumidores medicinales. Me explicaron cómo y porqué era efectivo el cannabis. Viaje a Uruguay con mi hijo y lo llevé a una doctora especialista que trabajaba con el cannabis medicinal desde hace un tiempo, que me recomendó y mostró muchos casos que ella misma trabajaba y seguía desde cerca. Entonces, no tuve dudas en empezar a probar, pero no me anime a traerlo por miedo a ser llevado preso o sufrir graves problemas por ingresar a mi país algo que está totalmente prohibido.

Cuando volví a Argentina, busqué y encontré en Mercado Libre aceite de cannabis, a un precio no muy barato, pero sin dudas me saldrìa menos que viajar a Uruguay, infringir las leyes de mi país y arriesgarme, no sólo a ir preso, sino también a perder la medicina.  Los productos que me ofrecìan en Argentina , variaban en sus valores y muchos de ellos venìan sin etiqueta, instrucciones de uso, ni información sobre los componentes que contenían. Por otro lado, los amigos de Uruguay me habían recomendado, y con mucha razón, que no lo compre, pues ya sabemos que el mundo está lleno de especuladores y gente capaz de vender agua con colorante o aceite comestible diciendo que es aceite de cannabis, con tal de hacer unos pesos, sin importarles si uno lo precisa para medicina.

Entonces, hablé con un amigo, que cultivaba cannabis para uso personal y recreativo, por lo que desconocía cómo confeccionar el aceite, pero algo de información tenía, me regaló una planta para que yo probara hacerlo. Una vez que tuve la planta en mi poder, compré alcohol de cereal, y luego de ver todos los videos posibles, más la ayuda de toda la gente que me estaba orientando y guiando, con mucho temor y amor logré preparar el primer aceite para mi hijo.

¿Como fue la primera vez que Ian probó el aceite?

Una vez que tuve preparado el aceite, opté por probarlo yo mismo y ver qué efecto me causaba, ya que jamás me perdonaría hacerle daño a mi hijo bajo ningún concepto. Al ver que el único efecto que me generaba era el de sueño, cosa que mi hijo manifestaba con la medicación que estaba tomando, decidí suministrarle una dosis mínima de aceite de cannabis a mi hijo, unos minutos luego de la cena. Esa noche no dormimos estuvimos atentos a cualquier tipo de manifestación o contratiempo que pudiera llegara a sufrir Ian, y para nuestra sorpresa, esa noche convulsionó solo dos veces, menos de lo habitual, que más bien fueron movimientos involuntarios, que duraron menos de 3 segundos. Al día siguiente se despertó de bastante mejor humor que otras las noches, con más ánimo y apetito, ese fue un pequeño guiño, pero lo tomamos con mucha prudencia y cautela. Durante el primer día de consumir el aceite, Ian tuvo sólo dos episodios que fueron realmente cortos, aproximadamente 5 segundos, que comparados a los tiempos y cantidades anteriores, eran casi nada. Esto definitivamente nos alentó y alegró sobre manera. Los cinco primeros días fueron parecidos, y al sexto día - en base a artículos que había leído, información que recibí de distintas agrupaciones, experiencias de usuarios y recomendaciones - decidimos agregarle otra dosis de aceite por la mañana, los episodios seguían reduciéndose, entonces el día 11 le agregamos otra dosis luego de la merienda. Así de a poco fue mejorando notoriamente, en cuanto a la cantidad de episodios, hasta llegar a no tener episodio en el transcurso de un día entero.

¿Esta anotando Ian en Programa que creó la Ley 27.350?

Recibimos Información de que el aceite de Cannabis en la Argentina solamente estaba permitido para pacientes con el diagnóstico específico de “Epilepsia Refractaria” y que era traído de EEUU uno llamado Charlotte, que para poder acceder a él, debíamos inscribirnos en un programa de salud, con un requisito excluyente e indispensable, para que pudiéramos acceder al Aceite de Cannabis de forma legítima debiamos tener un diagnóstico de Epilepsia Refractaria, y que el neurólogo de Ian se lo proscribiera, cosa que no cumplíamos.

Además del aceite que realizas en tu casa, ¿probaron algún otro?

Si, cuando vimos la mejora de Ian durante el lapso en el que le habìamos suministrado el aceite de cannabis que yo le había preparado, me contacté con un amigo que estaba volviendo de una visita a EE. UU y le pedí que me trajera uno o dos envases del aceite Charlotte, a lo que accedió, poniendo en riesgo su persona, por que solamente puede ingresar a la Argentina esta medicaciòn por medio de una autorización. Por suerte pudo traer dos envases de este aceite, y luego de terminar el aceite que yo mismo le había confeccionado y que nos estaba dando muy buenos resultados, comenzamos a suministrarle el Charlotte, al cabo de unos dìas, Ian comenzó a multiplicar sus crisis y elevó también la duraciòn de las mismas. Entonces me contacté con El Jardín del Under, una ONG sin fines de lucro con sede en Montevideo, Uruguay, que me dijeron que el aceite Charlotte no siempre actuaba de forma favorable a la totalidad de los pacientes con epilepsia, y que debía buscar la especie o cepa adecuada de cannabis para tratar la enfermedad de mi hijo, y que a menudo es necesario ir variando distintos tipos de cepas o especies de cannabis, hasta encontrar la cepa y dosis adecuada para cada paciente. Es decir que, al igual que sucede en la medicina convencional, no siempre una misma medicación puede ayudar a diferentes personas, aún cuando estas padecieran patologías idénticas.

Me sugirieron que viaje a Uruguay,  para presenciar un seminario sobre cannabis y salud en el marco de una exposiciòn cannabica en Montevideo en la cual iban a hablar médicos, biólogos, científicos, cultivadores y usuarios sobre el tema. Así que fui, presenciando este seminario comprendí algunas cosas sobre el tema. Allí conocí gran cantidad de enfermos y usuarios medicinales con diferentes patologías y de diferentes edades, gente que, al igual que Ian, sufrían alguna especie de epilepsia, cáncer, alzheimer, parkinson, gente en sillas de ruedas, etc, y todos ellos estaban tomando diferentes tipos de aceites, y me decìan que de una forma u otra el cannabis los estaba ayudando y les habìa cambiado la vida para bien. Luego de comprender varias cosas en este seminario, y de ver el retroceso que había sufrido Ian al suministrarle el Charlotte, decidí arriesgarme y traer semillas variadas para poder hacer la medicina de mi hijo. Volví a Argentina y sembré las plantas para Ian, y mientras esperaba que crecieran, probamos diferentes tipos de aceite, algunos lo ayudaron bastante, otros no le hicieron nada, otros estaban realmente muy mal confeccionados y otros simplemente eran aceite comestible sin nada de cannabis, es decir, una estafa. Cabe destacar que ningún aceite de cannabis lo perjudicó o provocó que tuviese más episodios que antes de haber consumido aquel primer aceite. Al pasar el tiempo, a las plantas que había plantado les pasó de todo, desde las que nunca vieron la luz, hasta las que crecieron bien pero se hicieron de sexo masculino, y para el aceite de Ian no me servían, etc. Al cabo de unos 9 meses descubrí cuál es la fórmula que le funcionaba a Ian, y empezó a mejorar nuevamente.

¿Alguna vez te encarcelaron por tener plantas de cannabis en tu domicilio?

Si, el 21 de marzo de 2018 a las 19 horas ingresaron a mi casa un grupo de policías uniformados, y otros no, pero todos armados, y nos dicen que van a realizar un allanamiento policial en mi vivienda, en la cual nos encontrábamos mi mujer y uno de mis hijos. Inmediatamente me ponen unas esposas y me mantienen sentado en el comedor junto a mi mujer y mi hijo, me dicen que tengo una denuncia de venta de drogas, a lo que yo les cuento el problema que tiene mi hijo, haciendo caso omiso a lo que les conté me piden que les diga donde tengo las cosas, les señalo el patio de mi casa, donde tenía 10 plantas en baldes de pintura de 20 lts, también les doy tres goteros de aceite que tenía para Ian, y todas las cosas que utilizaba para realizar el aceite. No nos dejaron realizar ninguna llamada, nos trasladaron a los tres a la comisaría. Una vez ahí me encierran en una especie de calabozo, a mi mujer y a mi hijo los dejan al lado mío en un pasillo al aire libre pero del otro lado de la reja hasta las tres de la mañana, cuando los dejan ir y a mi me llevan a otro pasillo y paso la noche ahí. Trate en la medida en que me lo permitieron explicarles lo que yo hacía y porqué tenía esas plantas pero ninguno me dio bola. A media noche me esposaron nuevamente y me trasladaron en el asiento trasero de una camioneta policial a un lugar llamado “cuerpo médico” ubicado en la localidad de Bernal, a unos kilómetros de la comisaría sexta de Quilmes, en este lugar me ingresan a un cuarto en donde me hacen desnudar por completo para corroborar de que no tenìa ningún golpe o moretón , y luego me trasladaron, nuevamente esposado, a la comisaría, donde en la mañana del 22 de marzo a las 8 de la mañana me trasladaron esposado en otra camioneta de la comisaría de Ezpeleta hacia el juzgado de Quilmes, donde me llevan a un calabozo de muy reducida capacidad hasta las 14 horas. En ese momento me llevan a un despacho donde se me presenta un abogado que me dice “firmá acá y te vas a tu casa”, señalándome una serie de planillas con algunos sellos. Me vuelven a bajar al calabozo que estaba antes y me dejan ahí por dos horas y media más, hasta que me llaman para llevarme nuevamente hacia la comisaría de Ezpeleta, me quitan las esposas y me hacen firmar un papel en donde me decían que quedaba en libertad , y que mi causa penal estaba caratulada como “tenencia simple de estupefacientes”. En la puerta me esperaban uno de mis hijos y mi cuñado, que me llevaron a casa y me contaron cómo lograron sacarme de allí, pagando una cantidad de 43 mil pesos, para pagar a un abogado.

¿Pudo recuperar algo de su vida anterior a enfermarse?

Con el correr de los días al ver que prácticamente no sufría episodios, hablamos con el colegio y decidimos, en conjunto con las autoridades, que retomara sus estudios en forma física, ya que hasta ese momento las autoridades habían decidido enviarle su tarea a casa, ya que se tornaba imposible, debido a sus crisis, que pudiera asistir normalmente a la escuela. Además, al cabo de unos días de ingerir el aceite, Ian comenzó a mostrarse más activo, atento, con mejor humor, predisposición y ganas para hacer sus cosas. Los temblores y dolores que manifestaba antes de tomar el aceite de a poco iban cesando, cambió su semblante, y se mostraba más predispuesto, alegre y con mejor estado de ánimo en general. Llegó a estar un mes entero sin tener ninguna crisis, ya no nos llamaban del colegio para que fuéramos a retirarlo porque había convulsionado, y de a poco pudo ir retomando su actividad física, su masa muscular y su hermosa sonrisa. Junto con su notoria mejoría, la familia entera también fue recuperando un poco de tranquilidad, armonía y felicidad.

Creador de Papa Cultiva: Sobre...
bottom of page